Una empresa gallega recupera un alimento usado en los barcos del siglo XV, las galletas mariñeiras
Conocidas como “pan mariñeiro”, “pan de barco” o “bizcocho de barco”, las Galletas Mariñeiras abastecieron a los grandes navíos desde el siglo XV. Era la mejor forma de conservar el pan en las grandes travesías, sin usar aditivos ni conservantes. Los marinos españoles las llevaron a América del Sur en sus expediciones, y allí se introdujeron en la dieta habitual de la población, conocidas ya desde entonces como galletas marineras.
Ahora, siglos después, una empresa gallega ha recuperado esta tradición, lanzando al mercado un producto alimenticio natural y de larga duración, que puede sustituir al pan fresco, al tostado, de molde e incluso a las galletas, dulces y bollería industrial.
Daveiga, la empresa que fabrica y comercializa estas galletas marineras, ha suscrito un fuerte compromiso con la producción responsable, sobre todo desde el punto de vista de la salud.
Sus galletas se producen de forma artesanal, seleccionando cuidadosamente las materias primas. La empresa utiliza, por ejemplo, tres tipos distintos de harina (de trigo, del país y de malta), además de manteca de leche, lecitina de soja y extracto de malta. Ninguna de sus galletas se cocina con productos transgénicos, ya que desde la empresa apuestan por una producción social saludable y responsable.
Atendiendo al sabor, las galletas marineras o galletas mariñeiras, como se las conoce en Galicia, son crujientes y muy digestivas. Según sus productores, están especialmente recomendadas para niños, personas mayores o gente con problemas de acidez de estómago.
El método de producción garantiza meses de conservación del producto, y una vez abierto el envase, las galletas se mantienen frescas más de un mes, lo que supone una importante ventaja respecto al resto de las gallegas.
Daveiga, la empresa productora de estas Galletas Mariñeiras, se define a sí misma como una sociedad de responsabilidad limitada laboral, ya que la mayoría de los socios fundadores de la empresa tienen como objetivo promover un proyecto empresarial para crear su propio puesto de trabajo. Además, los promotores defienden una concepción del proyecto desde una filosofía eminentemente social, donde la empresa se implica en el desarrollo del entorno local. Todos los trabajadores participan en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios, aunque en Daveiga no viven de espaldas a la realidad y son conscientes de la necesidad de contar con socios capitalistas para desarrollar su proyecto. Estos socios no prestan su trabajo en la entidad, y recibirán solamente compensaciones económicas, dependiendo de los beneficios obtenidos.
Destaca notablemente la participación de los trabajadores en el capital social de la empresa, que alcanza el 60 por ciento. Esto implica necesariamente que tienen unas condiciones de trabajo dignas, pues, según Daveiga, entre otras ventajas perciben salarios un 20% por encima del convenio, participan en los beneficios de la empresa y trabajan a jornada continua. Está prevista la creación de 44 puestos de trabajo directos.
Daveiga ha nacido con una filosofía clara de incorporar el concepto responsabilidad al mundo empresarial. Y esta responsabilidad se marca en diferentes campos:
- Responsabilidad con la salud del consumidor, por lo que apuestan por usar materias primas naturales y de calidad.
- Responsabilidad con el desarrollo sostenido. Para ello escogen un modelo de producción intensivo, respetuoso con el medio ambiente.
- Responsabilidad social, ya que son los trabajadores los que controlan el proyecto empresarial.
Y, lo que es más importante todavía, Daveiga garantiza el Precio Justo de sus productos. El consumidor compra productos con relación calidad-precio justa.
Es evidente que Daveiga intenta convertirse en un nuevo modelo empresarial, respetuoso con los consumidores, con los trabajadores y con el medio ambiente. Es un nuevo concepto de empresa, que estará presente en la tercera edición del Salón de las Denominaciones de Origen y Delicatessen de Vigo, que se celebrará entre los días 16 y 18 de octubre en el Instituto Ferial de Vigo.
Ahora, siglos después, una empresa gallega ha recuperado esta tradición, lanzando al mercado un producto alimenticio natural y de larga duración, que puede sustituir al pan fresco, al tostado, de molde e incluso a las galletas, dulces y bollería industrial.
Daveiga, la empresa que fabrica y comercializa estas galletas marineras, ha suscrito un fuerte compromiso con la producción responsable, sobre todo desde el punto de vista de la salud.
Sus galletas se producen de forma artesanal, seleccionando cuidadosamente las materias primas. La empresa utiliza, por ejemplo, tres tipos distintos de harina (de trigo, del país y de malta), además de manteca de leche, lecitina de soja y extracto de malta. Ninguna de sus galletas se cocina con productos transgénicos, ya que desde la empresa apuestan por una producción social saludable y responsable.
Atendiendo al sabor, las galletas marineras o galletas mariñeiras, como se las conoce en Galicia, son crujientes y muy digestivas. Según sus productores, están especialmente recomendadas para niños, personas mayores o gente con problemas de acidez de estómago.
El método de producción garantiza meses de conservación del producto, y una vez abierto el envase, las galletas se mantienen frescas más de un mes, lo que supone una importante ventaja respecto al resto de las gallegas.
Daveiga, la empresa productora de estas Galletas Mariñeiras, se define a sí misma como una sociedad de responsabilidad limitada laboral, ya que la mayoría de los socios fundadores de la empresa tienen como objetivo promover un proyecto empresarial para crear su propio puesto de trabajo. Además, los promotores defienden una concepción del proyecto desde una filosofía eminentemente social, donde la empresa se implica en el desarrollo del entorno local. Todos los trabajadores participan en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios, aunque en Daveiga no viven de espaldas a la realidad y son conscientes de la necesidad de contar con socios capitalistas para desarrollar su proyecto. Estos socios no prestan su trabajo en la entidad, y recibirán solamente compensaciones económicas, dependiendo de los beneficios obtenidos.
Destaca notablemente la participación de los trabajadores en el capital social de la empresa, que alcanza el 60 por ciento. Esto implica necesariamente que tienen unas condiciones de trabajo dignas, pues, según Daveiga, entre otras ventajas perciben salarios un 20% por encima del convenio, participan en los beneficios de la empresa y trabajan a jornada continua. Está prevista la creación de 44 puestos de trabajo directos.
Daveiga ha nacido con una filosofía clara de incorporar el concepto responsabilidad al mundo empresarial. Y esta responsabilidad se marca en diferentes campos:
- Responsabilidad con la salud del consumidor, por lo que apuestan por usar materias primas naturales y de calidad.
- Responsabilidad con el desarrollo sostenido. Para ello escogen un modelo de producción intensivo, respetuoso con el medio ambiente.
- Responsabilidad social, ya que son los trabajadores los que controlan el proyecto empresarial.
Y, lo que es más importante todavía, Daveiga garantiza el Precio Justo de sus productos. El consumidor compra productos con relación calidad-precio justa.
Es evidente que Daveiga intenta convertirse en un nuevo modelo empresarial, respetuoso con los consumidores, con los trabajadores y con el medio ambiente. Es un nuevo concepto de empresa, que estará presente en la tercera edición del Salón de las Denominaciones de Origen y Delicatessen de Vigo, que se celebrará entre los días 16 y 18 de octubre en el Instituto Ferial de Vigo.
Prensa Salón Delicatessen